viernes, 5 de septiembre de 2014

Carteros: los Sísifos de Correos

Los delegados del SiPcte-USOC somos un poco raros, nos da por acompañar a los carteros en sus repartos, vivir con ellos las persecuciones de los perros en las urbanizaciones, ir con los carteros rurales montaña arriba, montaña abajo,  acudir a las oficinas y sucursales para estar junto a ellos durante una jornada laboral, en definitiva, conocer sus problemas de forma directa. Y además acudir a nuestros puestos de trabajo, ya que no siempre estamos liberados . No se puede ser sindicalista de Correos si nunca trabajas como empleado de la empresa. 

Por esta razón, el día 1 de septiembre de 2014 se nos ocurrió acompañar a algunos carteros de Barcelona a realizar su reparto a pie. Buscábamos repartidores que accedieran voluntariamente a permitir que nosotros hiciéramos su recorrido y su reparto, que fueran eventuales y que no hubieran repartido nunca esa sección. La idea era realizar todo su reparto, embuzonando todas las cartas ordinarias, pero reservando para ellos la entrega de certificados y notificaciones.

Las finalidades de este experimento eran: por un lado, ponernos en la piel de los repartidores en su primer día en una sección nueva,  y, por el otro, comprobar la viabilidad de la carga de trabajo atribuida al repartidor, escogiendo centros de reparto dimensionados.

El delegado que realiza esta crónica salió a las 10:15 de la mañana y regresó al centro de reparto a las 14:30 horas: "tuve que ir en bus y luego en metro dado que estaba lejos. Estuve repartiendo durante más de 4 horas, un carro completo, más saca y media, es decir casi tres carros de reparto. ¡Y, afortunadamente, solamente llevábamos 15 certificados!, pese a que no es lo habitual (supongo que porque era lunes y el día siguiente de la finalización de las vacaciones de agosto para nuestros usuarios). El cartero, a petición mía, no intervino, en ningún momento del reparto, de manera que era como si yo repartiera por primera vez aquella sección, es decir, su caso." 

Pese a que no es algo nuevo para nosotros, este experimento nos permitió comprobar, en primer lugar, lo absurdo que es el sistema que Correos lleva a cabo. Pudiendo contratar trabajadores permanentes todo el año, prefiere contratar por periodos de 15 días a una persona, por periodos de un mes a otro... y siempre en secciones diferentes. De esta forma absurda, improcedente y contraria a todo manual sobre organización del trabajo, los usuarios del correo en Barcelona (y en toda España), no consiguen nunca conocer al cartero, y el cartero no consigue nunca, conocer su sección. Es decir, para un puesto de trabajo que requiere de un servicio PERMANENTE, se contratan trabajadores eventuales que se van rotando.



En segundo lugar, el hecho de no conocer la zona de reparto, incrementa exponencialmente el tiempo requerido para el reparto, además de incrementar también el cansancio del trabajador. El conocimiento adquirido de éste no sirve de nada, dado que no volverá a repartir esta zona o quizá lo hará meses después

Nos recuerda, sobremanera, al mito de Sísifo, quien fue condenado, por los dioses del Olimpo griego, a cargar una pesada y descomunal roca hasta la cima de una montaña una y otra vez. Correos obliga a sus trabajadores a aprender nuevas secciones una y otra vez, con los esfuerzos físicos y mentales que ello conlleva y, además, con la certeza de que estos conocimientos adquiridos pronto dejarán de serles útiles. 

Ninguna empresa en su sano juicio mantendría un sistema de eventualidad o de rotación de sus empleados fijos en plantilla, que impide al empleado conocer su trabajo a la perfección, perjudica la imagen de la empresa y hace que el cartero tenga que emplear mucho más tiempo y esfuerzo en realizar su trabajo porque, siempre es nuevo para él. Cuando ya lo conoce, lo cesan, lo tienen sin trabajar varios meses y durante esos meses contratan a otro para su misma sección. 

Solo nos cabe imaginar una razón para que Correos emplee este tipo de contratación, y es que quiere que los empleados no adquieran antigüedad o que los funcionarios se cambien de ministerio y los laborales fijos acaben hartándose. Prefieren realizar contratos encadenados mes a mes para poder ahorrarse contratar festivos, sábados, domingos y puentes. Absurdo lo primero y de miserables lo último

Nos gustaría saber quién es la persona que, de manera totalmente absurda, organiza el trabajo. ¿Son los jefes de sector? ¿Los jefes de reparto? ¿El director territorial? ¿La mano negra? ¿Quién ha decidido que lo mejor es cambiar a un cartero cada mes para que nunca conozca su zona de reparto? Y, por supuesto, de lo que establece la ley de prevención de riesgos laborales sobre que "el trabajo se adaptará a la persona", de eso, ni hablar.

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